Este movimiento significaba que Taylor perdía todo derecho sobre los temas que compuso durante años y con los que alcanzó la fama internacional. Los magnates tampoco permitían que la cantante interpretase sus antiguas canciones ni las utilizase en ningún medio audiovisual, tampoco permitían a la cantante la compra de sus propias canciones. Como respuesta, la intérprete de “Shake it Off” inició una polémica mediática y tomó la decisión de volver a regrabar todas las canciones que por derecho le pertenecen. Sin embargo, ni Borchetta ni Braun vieron con buenos ojos esta decisión y se negaron a cualquier negociación a menos que Swift cediese a sus condiciones abusivas, entre las que se encontraban no volver a hablar de la polémica en ningún medio de comunicación y la renuncia a regrabar todos sus temas, lo que les quitaría a ellos el derecho a royalties.

Finalmente, ante el chantaje, Taylor se puso en manos de profesionales legales y el pasado mes de noviembre consiguió el derecho de regrabar sus antiguos éxitos, que verán la luz, según informó ella misma, el próximo año 2021.